Las partituras electrónicas, también conocidas como e-Scores o e-Sheet music, constituyen las nuevas formas de fijación, trasmisión y comunicación del mensaje musical representado de forma gráfica, simbólica y /o textual, y soportado por códigos de representación digital creados ad hoc para poder incorporar las particularidades presentes en los textos musicales y los sistemas de notación que los conforman. Estas nuevas posibilidades de fijación y trasmisión del mensaje musical han sido desarrollados al amparo de las nuevas tecnologías aplicadas a la música, producidas dentro de disciplinas como la Music Information Retrieval ( MIR) o la musicología digital.

Estas nueva forma de fijación y trasmisión del conocimiento musical incorpora una serie de características comunes que la diferencian de manera nítida de otro tipo de manifestaciones de textos musicales en soporte digital, como partituras digitalizadas de carácter estático o representaciones digitales de textos musicales impresos en formatos como PDF.

Esta serie de características comunes, que define y caracterizan las partituras electrónicas, están relacionadas con los siguientes requerimientos;

La mediación con el usuario se efectúa a través de aplicaciones dedicadas para dispositivos móviles (music readers), que permiten garantizar la cualidad de ser portables. Aunque muchos de los formatos y lectores desarrollados están también presentes y son compatibles con aplicaciones online o en equipos de sobremesa, es condición primordial el desarrollo de aplicaciones dedicadas para tablets y smartphone; como uno de los aspectos más esenciales de esta nueva forma de acceso al contenido musical.

El contenido semántico está presente en una doble dimensión; la propia representación del texto musical a través de un sistema de notación especifico, por un lado, y a nivel de semántica digital (código informático), por otro. Este cualidad permite la edición y modificación del contenido musical, a nivel codificación digital, convirtiendo las partituras electrónicas en documentos dinámicos, modificables y editables a nivel del mensaje musical.

Deben, de igual manera, ser reproducibles a nivel sonoro, mediante sistemas MIDI o similares, asociados al sistema (lector de partituras), como funcionalidad relacionada con la semántica musical que permite incorporar el código de representación.

Por último es condición necesaria posibilitar la incorporación de elementos para la representación aumentada del mensaje musical, como materiales de referencia (diccionarios de acordes, recursos para la propuesta de digitaciones), objetos multimedia, etc., que permitan representar el mensaje musical a un menor nivel de abstracción que las partituras tradicionales en papel.

Ilustración 1. Partitura electrónica soportad en lector MuseScore.

Al contrario que el resto de manifestaciones de textos musicales en soporte digital, como partituras digitalizadas de carácter estático, las partituras electrónicas (e-Scores), requieren estar soportadas por códigos de representación digital que permitan la manipulación del contenido musical que estos incorporan. La producción de estos objetos digitales, por lo tanto, necesita de editores especializados, o de procesos de codificación asociados a sistemas de reconocimiento óptico de caracteres dedicados ámbito del lenguaje musical.

•  Básicamente podemos distinguir tres tipos de procesos diferenciados en la producción de la partitura electrónica, desde que el texto musical es escrito, compuesto o interpretado;

•  Producción nativa del texto musical notado en formato digital, a través de un editor de partituras especializado del tipo Finale, Sibelius, etc.

•  Conversión y exportación de ficheros MIDI a archivos MusicXML o formatos de representación del contenido musical con semántica digital.

•  sistemas de reconocimiento de caracteres dedicados al ámbito musical (OMR) e interpretación semántica del contenido generado en el proceso.

Ilustración 2. Vías para la creación de la partitura electrónica. Fuente: elaboración propia

Si bien es cierto que la producción de partituras electrónicas de forma nativa , a través de editores especializados, es la forma más precisa y que ofrece mejores resultados, la exportación a través de sistemas midi o mediante sistemas de reconocimiento de caracteres permite por un lado la escritura de textos musicales provenientes de la interpretación o la improvisación, o la producción de partituras electrónicas a través de partituras preexistentes en formato papel.

Los sistemas de reconocimiento de caracteres (OCR) han sido una herramienta fundamental en el desarrollo de los actuales sistemas de información, toda vez que su ya larga trayectoria ha permitido desarrollar programas y técnicas altamente depurados, permiten solventar la mayoría de los problemas relacionados con los distintos ámbitos de aplicación, presentando niveles de eficiencia que alcanzan porcentajes cercanos al 99% de eficiencia en algunos sistemas (Holley, 2009).

En cambio, en el ámbito del análisis y reconocimiento del contenido en documentos de música notada, a través de sistemas OMR, el panorama actual dista en mucho de contar con sistemas que alcancen niveles de fidelidad y precisión como los que ostentan los sistemas OCR. La multiplicidad de sistemas y elementos gramaticales para la notación musical, la disparidad de criterios y falta de normalización en muchos de los elementos presentes, unido a la complejidad estructural y espacial presente en la representación de los textos musicales, son algunas de las posibles casusas que subyacen a esta realidad. Por todo ello este ámbito representa uno de los objetos de estudio e investigación más candentes dentro del contexto de la tecnología aplicada digital a la música.

El desarrollo de las nuevas partituras electrónicas ha supuesto una revolución sin precedentes en un ámbito de la documentación que por un lado ha permanecido inmutable durante siglos, en sus formas y soportes más asentados, y donde por otro lado, los intentos por representar el fenómeno musical de manera estable y a un menor nivel de abstracción han sido incesantes hasta nuestros días.

Las nuevas prácticas introducidas por las nuevas partituras electrónicas abarcan la totalidad de los ámbitos de aplicación presentes en el hecho musical; desde la propia creación y reconocimiento de la autoría hasta la trasmisión del conocimiento musical, o la recreación e interpretación del mensaje que portan.

Los nuevos sistemas desarrollados permiten dos hechos que han resultado determinantes para la configuración del nuevo paradigma en la trasmisión del conocimiento musical. Por un lado posibilitan de manera sencilla (en algunos casos incluso sin conocimientos previos de lenguaje musical), la autoedición de obras y textos musicales, y por otro lado el acceso universal a cualquier clase de texto musical de manera instantánea y deslocalizada. Este hecho ha sido fundamental para que muchos géneros y estilos de música que históricamente han sido relegados al ostracismo a nivel editorial, se encuentre en este momento al mismo nivel de visibilidad y representatividad que el resto expresiones musicales.

Por otro lado la proliferación de bases de datos dedicadas a los textos musicales ha permitido la democratización al acceso de los contenidos musicales que ha supuesto una serie de cambios a todos los niveles, desde el aprendizaje hasta la propia evolución de géneros y corrientes estilísticas.

De igual manera el campo de la investigación musicológica se ha visto trasformado radicalmente, por un desarrollo tecnológico que ha permitido una nueva aproximación a la edición critica de textos musicales soportada por nuevas herramientas de análisis que establecen un antes y un después en el marco epistemológico.

La creación y desarrollo de repositorios digitales y bases de datos especializadas en fuentes originales y textos sin trascribir, representan igualmente nuevas posibilidades de acceso a los materiales originales necesarios para cualquier proyecto de investigación musicológica, de manera que se posibilita la acción investigadora y la creación de grupos y proyectos de investigación musicológica de manera deslocalizada y trasnacional.

Desde el ámbito de la propia documentación musical y las nuevas disciplinas aplicadas a la gestión y tratamiento de los materiales musicales como la Music Information Retrieval, las implicaciones han sido igualmente muy notorias tanto en los grandes sistemas de información institucionales , como las que se ofrecen a los propios usuario dentro de su espacio personal de trabajo, trasformando de manera irreconocible aspectos como la indización, clasificación o recuperación del contenido musical.

En el plano más instrumental o teleológico tanto las nuevas partituras electrónicas como los lectores que las reproducen han supuesto un avance sin precedentes tanto en la dimensión reproductiva donde encontramos toda una serie de herramientas y funcionalidades que permiten ofrecer soporte en aspectos técnicos como la digitación, el conocimiento de escalas y / o modos, diccionarios de acordes etc.,; como en la dimensión explorativa (Hultberg, 2002), que apunta a todas las facetas y procesos implicados en la recreación de un determinado musical, entendido este desde la esfera abstracta de la creación artística. En este sentido la asociación de objetos multimedia , así como la reproducción del propio texto musical permiten un acercamiento al propio fenómeno musical desde un menor nivel de abstracción.

Holley, R. (2009). How good can it get?: Analysing and improving OCR accuracy in large scale

Historic Newspaper Digitisation Programs. D-Lib Magazine, 15(3-4), 1-13. http://doi.org/10.1045/march2009-holley

Hultberg, C. (2002). Approaches to Music Notation: The printed score as a mediator of meaning in Western tonal tradition.

Music Education Research, 4(2), 185-197. http://doi.org/10.1080/1461380022000011902